martes, 14 de julio de 2015

Sábado en el huerto

A estas alturas de julio y con este calor poco a poco los efectivos var mermando. Lo paradójico es que cuanto más y mejor es la cosecha, menos hortelanos quedan. Todos se han ido de vacaciones... ¿Todoooooooo? No. Un grupo de irreductibles galos quedan todavía para cuidar del huerto y dar buen provecho a las hortalizas.

Floren es un tío serio. Sabe que, al igual que Raúl va a misa todos los domingos, él debe cuidar del huerto como si fuera su hija. No es para menos. Víctor también sabe que no pueden fallar en el cuidado de la plantas. Este es nuestro barrio, es nuestro parque y saben que el huerto, aunque no da la felicidad, hacen un poco más bonita y vivible La Latina. Un par de chavales entran y se comen un puñado de tomates cherry.

Celeste ha recuperado el sueño pucelano de cada semana. Se mantiene en sus trece: aunque la teletransporten, no va a ir al trabajo desde el Cercanías de Sol. Es una tía de principios. Ángela también lo es. Hoy tampoco la va a sonar el móvil porque sabe que las ondas electromagnéticas le sientan mal a las plantas. Tras una dura jornada, la cosecha va llenando las cestas de la concurrencia. Llega Merche. Miramos al cielo y vemos moverse la Luna hacia Venus.
Víctor, un hortelano aristotélico: sin esfuerzo, no ha ni sabiduría ni cosecha
Anochece. Las viandas van colocándose encima de la mesa. Hay de todo. Se ha cocinado con amor y eso es lo único que importa. El menú es inmejorable: berenjenas blancas rellenas de arroz negro; crema fría de calabacín a la hierbabuena; Salteado hortelano de seitán y tofu con hortalizas, champiñón y pasta; musaka de calabacín y queso de cabra con tomates cherrys; Pastel de espinacas con salsa de queso roquefort, acompañado de pimientos confitados y brotes de alfalfa; Coca de pimientos, berenjena, calabacín, camagrocs y romero... No falta de nada. Y para beber cava brut ecológico, vino blanco ecológico de Rueda, licor de grosella del bosque encantado y gintonic al pepino hipster.

Las barrigas van saciándose al tiempo que la conversación se anima. En un momento dado, Raúl, siempre tan sentimental, tiene un momento para el recuerdo de los que han ido a hacer músculo en el gemelo, a los esforzados de la carretera andaluza. "¿Les irá bien?" se preocupa Antonio SuperCompost. No hay problema, van bien pertrechados contra la necesidad:
- Si hace falta alojamiento, Manu llevará un buen cargamento de palets en las alforjas y es capaz de construir un bungalow junto a la playa.
- Si hay hambre, Esther lleva trece kilos de morcilla patatera, panceta de leche y queso de los Ibores.
- Si hace frío, Talma tiene tres forros polares, una manta palentina, dos abrigos para la nieve y un par de edredones nórdicos.
- Si hace calor, Marta tiene, en el transportín, una terraza de 200 m2 donde poder dormir fresquitos
- Si la gente está de poco humor, no hay más que dirigirse a Almu y te carga las pilas
- Si la gente está demasiado callada, ahí está Carlos
- Y si esto fuera poco... han llevado refuerzos de otros huertos como a Gala, Aida, Abel...
- Además..., Merche irá en breve por si hay que poner orden...

Son las 3 de la mañana. El tiempo ha pasado lentamente, pero a toda leche. Se está bien en nuestro huerto: el huerto del barrio. No lo cambiamos por nada. Lo hemos construido con nuestro sudor y con nuestras manos. Y con la ayuda de todos. Dentro de poco más. Y así hasta el infinito.

Cena opípara en el huerto

1 comentario:

  1. Recién aterrizados de la ecomarcha, primera parada: el huerto de la cornisa. Precioso huerto que no pude apreciar suficientemente por el cansancio del viaje y la oscuridad. Urge una visita sin falta con cervecitas. ¡Gracias por acordaros de los pedaleantes!
    Sabemos plantar y también pedalear.
    Gala, Huerto del a Quinta.

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