lunes, 9 de noviembre de 2015

Crónica del verano de 2015 en el huerto

Por suerte, rebuscando en un contenedor cercano a la comisaría de Embajadores, hemos encontrado unos informes del agente Benítez, quien nos cuenta a su manera, y semana a semana lo que por el huerto de La Cornisa aconteció durante el verano. No os fieis mucho de lo que cuenta, aunque siempre algo de verdad hay...

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Informe del Agente Benítez

Misión: vigilancia de sóviets en los barrios de Madrid– verano de 2015

Agencia de persecución de delitos de subversión del orden establecido. Ministerio para la Ley y el Orden. Sección de persecución de células antisistema y perroflautas


Semana 1. Toma de contacto con la célula antisistema
Iniciado el primer acercamiento al sóviet ubicado en el llamado huerto de La Cornisa. Me he disfrazado de seminarista que pasea por el parque. Una militante de la célula se ha dirigido amablemente a mí invitándome a entrar. Esta chica, una tal Talma, tiene una tendencia compulsiva a decir a todo el mundo que se pase por el huerto. Algo hay sospechoso en ella: lleva guantes de trabajo pero no da ni chapa y no para de conversar. La hemos instalado micrófonos en su casa.

Hay una apariencia de normalidad en el huerto. Las tomateras, pimientos y berenjenas crecen de lo lindo. Los niños juegan en un montón de tierra. Todo muy sospechoso. Se detecta una actividad curiosa a investigar: esta gente come y bebe más que trabaja. Sin embargo el huerto avanza de lo lindo.
 
Huerto a finales de junio

Semana 2. Me hago homeless
He cambiado de disfraz para llevar una vigilancia activa y continua. Mi nuevo aspecto es el de homeless inmigrante de un país del Este. Todos los días llego a media tarde y me instalo a dormir junto al sector sur del huerto. Parece que no desconfían. Desde aquí puedo vigilar todos sus movimientos y escuchar sus conversaciones. He instalado micrófonos en el compostador, entre las calabazas y junto a la mesa y bancos.

El calor aprieta de lo lindo. El lunes han venido a cenar porque a una tal Esther se la ha ocurrido el plan; el martes han venido a cenar porque casualmente se han juntado siete miembros de la célula; el miércoles han cenado porque a una tal Nuria la apetecía; el jueves han venido a cenar porque decían que tocaba; el viernes no han cenado, pero se han tomado una buena ronda de litronas; el sábado han cenado porque dicen que todos los sábados hay que cenar; el domingo decían que no iban a cenar, pero ya que estaban, han comprado un queso, una gallega ha traído jamón de Jabugo, otro un vino de pitarra... y han acabado cenando.

El huerto está de impresión. No inclinan el lomo ni tocan la tierra pero aquello no para de crecer. Tan solo parece que trabaja algo un tal Floren. Parece serio y responsable. Quizás sea el jefe de la célula. Hemos puesto micrófonos en su casa.

Estamos ante una célula experimentada. Hablan con unos códigos difíciles de descifrar, y seguro que traman operaciones de gran envergadura contra el orden democrático y la paz internacional. Se detecta una animadversión contra algo llamado Adelfas. Quizás Adelfas signifique en su código “Estado” o “gobierno”. Por otro lado deben tramar algo gordo en otoño, porque hablan de una “operación estiércol”. Lo he comunicado a mis superiores para que activen la alerta amarilla.
Floren, el jefe de la célula, en plena faena


Semana 3. Se van a la Ecomarcha
Una parte activa de la célula ha desaparecido. Parece ser que han ido a un acto antisistema llamado Ecomarcha. Muy probable que sea un encuentro de coordinación con otras células del país, pues nadie se puede creer que se vayan de vacaciones para pedalear cientos de kilómetros bajo un sol del demonio.

Siguen los mensajes en clave que no soy capaz de descifrar. Un tal Raúl, que siempre está diciendo maldades y que no muestra la más mínima sensibilidad ni cariño ante los demás miembros de la célula, dice que está triste y que echa de menos a sus compañeros que han ido a la Ecomarcha. Se le ha visto echar una lagrimilla. Muy sospechoso. Le hemos instalado micrófonos en su casa.

A pesar de estar melancólicos, no paran de cenar casi todos los días. Ya han cosechado tomates, algo increíble para la época del año. Se hacen ensaladas con las lechugas del huerto. Dicen que está todo riquísimo. Los muy gañanes no se dignan a ofrecerme nada.
Cosecha que se pierden los de la Ecomarcha


Semana 4. Los Manus
Esta gente no para de desconcertarme. Es sin duda la célula subversiva más evasiva y por tanto potencialmente peligrosa de las que me he encontrado en mi dilatada carrera. Ni las células de Herzbolah en Israel durante los años 80 me fueron tan esquivas en conseguir información.

Un tal Manu, alias Barbas (o Zulo), usa palabras que entiendo por separado, pero que no logro comprender cuando las junta. “Oficina híbrida”, “pedagogía abierta”, “empoderamiento ciudadano”... Sin duda son claves que esconden movimientos turbios de la célula. Le hemos instalado micrófonos en sus luengas barbas.

Otro tal Manu, alias McGyver, puede que sea uno de los más peligrosos. Siempre va cargado de cachivaches aparentemente inservibles. Le he registrado su mochila. Contenido: herramientas varias (serrucho, destornillador eléctrico, tronchacadenas, llave grifa, llave inglesa, tornillos herrumbrosos, martillo, compresor, radial), 3 kilos de chatarra, 250 gramos de mortadela, media barra de pan de Mercadona, un queso mordisqueado, dos jerseys viejos, 25 metros de tubería, una cubierta de rueda de bicicleta, un código de la circulación sin abrir, un paquete de bridas y 12 juegos de mesa para edades entre 3 y 99 años. Quizás sea el encargado de fabricar los explosivos. Le hemos instalado micrófonos en su bici.

Siguen cenando a diario. Han acabado con las existencias de litronas frías de una tienda cercana.
Pepino y pepinillo

Semana 5. Cañas y orujos
Han ocurrido movimientos intrigantes que seguro que esconden la preparación de algún atentado. De repente han llegado montados en bicicletas y han bajado al río Manzanares a cortar cañas. Se han llevado a una niña, Viviana, seguro que para despistar (he pedido informes a servicios sociales sobre su madre, una tal Mónica). Han llegado con las cañas atadas a las bicis y las han clavado en los bancales donde están las tomateras. Por la noche he investigado cada una de ellas. No he encontrado nada. Son unos tíos espabilados.

Y siguen cenando casi a diario. Y bebiendo. Hoy la miembro de la célula llamada María ha llegado con un orujo de su tierra gallega. Manu, alias Barbas, también ha venido con otro orujo, de Potes. Algún mensaje secreto tiene que haber en todo esto, ya que ha acudido por primera vez otro sujeto de la célula de Esta es una Plaza, Alberto (alias Lombarda, militante muy peligroso investigado por el agente Rodríguez). Sospecho que se están pasando información codificada. El caso es que se han puesto hasta las trancas a beber orujo y según parece la botella ganadora ha sido la cántabra.

Esta gente esta muy organizada.
Alberto mostrando el orujo ganador


Semana 6. Berenjenaza, otras células y contacto con los vecinos
Ya llevo medio verano y las investigaciones no avanzan. Las cosechas son cada vez más abundantes y según parece está todo riquísimo. Los tomates, los calabacines, los pimientos y, sobre todo, las berenjenas. Hoy Ángela ha cosechado una que ha pesado más de un kilo. Otra tía de lo más sospechosa. No tiene móvil. Esto no puede esconder nada más que un miembro peligrosísimo para el sistema. La íbamos a pinchar el teléfono pero no hay cómo.

Hemos decidido pasar a una fase más activa en coordinación con los compañeros de la policía municipal. Han puesto controles de alcoholemia para pillar in fraganti a algún soviético según vuelva a su casa en bici después de las bacanales huertanas que se pegan.

Hay más visitas de miembros de otras células soviéticas de barrios lejanos: Jose y Almu, de la célula del Bancal, Antonio Last (alias Supercompost), Pablo Llobera (alias Superpablo Llobera),... Esto es un contubernio internacional, quizás donde se cuece lo más chungo de la conspiración judeo-masónica-marxista.

Hoy han entrado en contacto conmigo otros homeless que viven en tiendas de campaña al otro lado del parque. Han sido amables conmigo y me han invitado a vino y a cenar. Fíjate qué cosas, en la Academia siempre me dijeron que mucho ojo con esta gente, que no son de fiar. Veremos cómo acaba la cosa.
Berenjenaza
Semana 7. Organismo martiano
Es de locos esta misión. Estoy a punto de dimitir. Tras una cena opípara, con más de 4 botellas de vino, 15 de cerveza y uno de vozka, hemos conseguido hacer el control de alcoholemia a la miembro de la célula llamada Marta. Pues la tía no ha dado ni 0,20 %. Estoy pensando si son marcianos. Esta individua hay que vigilarla de cerca, pues parece que trabaja en un centro de investigación y puede estar pasando información sensible al enemigo extranjero. La hemos pinchado el teléfono. Lo más desconcertarme es que habla nosequé de jugar los sábados al baloncesto. Mensajes cifrados que habrá que descodificar.
"Floren, te juro que dí negativo, te lo juro"


Semana 8. Desayuno con cava
Es el cumpleaños de un tal John, compulsivo comprador de bicicletas. Debe ser el contacto de la célula con el exterior porque según parece es medio inglés, medio neozelandes, medio catalán, medio mahorí y medio vacceo. Se le han instalado micrófonos en su casa.

Han debido de hacer una misión subversiva en la nocturnidad pues han venido muy temprano montados en bicis y decían algo de una vuelta nocturna. Seguro que un mensaje en clave. Han tomado para desayunar café, cava, pasteles, bollos, panceta, morcilla y un kilo de calamares en su tinta.

La cosecha de berenjenas y pimientos es espectacular. Las tomateras han sido infectadas de araña roja. Las han quitado todas. Aunque es un desastre, esta gente sigue como si nada, igual de contenta.
Vaya patorras que tiene el John

Semana 9. Los empresarios y el aparato de adoctrinamiento
Más que un huerto esto es una sociedad gastronómica.

Siguen llegando otros miembros del sóviet que no sé por dónde pillarlos. Hay hasta empresarios. Un tal Carlos y una tal Nuria, que deben dedicarse al aparato de financiación y lavado del dinero de la organización. Uno habla de drones, la otra habla con un tal Nacho, un personaje que no existe (a no ser que fuera su perro). Mensajes en clave. No les gusta pagar demasiados impuestos y, ante todo, están las prioridades (dicen). Se les instala micrófonos.

También hay gente que viene con sus hijos. Fernando, Elena, Raquel... Deben de ser del aparato de adoctrinamiento. Hablan de otros padres y madres que quieren captar para hacerles miembros de la célula. Se les instala micrófonos.


Semana 10. Chicas chungas de la célula
Merche es de Jaén. No para de ir y venir, seguramente que llevando información a las células andaluzas. Debe tener mucho poder dentro de la organización pues cuando llega provoca gran alegría entre el personal. Esther siempre va con ella. Es de las que más beben y comen, no se pierde una. Y planea mil planes contra el orden establecido que no logro comprender, como ir a Siberia (menuda roja). Se las instala micrófonos a cada una de ellas.

Margarita es un personaje desconcertante. Es la única persona que trabaja y no se queda a comer. Debe ser la peor del grupo, una persona sin escrúpulos y con demasiados principios. Se la vigila de cerca desde Lavapiés, no sea que sea yihadista-maoista.

También está Laura. Debe de ser del aparato de autodefensa, pues siempre está lesionada. En su código incomprensible, utiliza palabras como macroinvertebrados, fitobentos y macrófitos. También en sus ratos libres suelta algún ¡ole!. Se la instalan micrófonos en su casa.

Siguen comiendo como si no hubiera un mañana. El huerto es un vergel, seguramente uno de los mejores huertos del mundo. A mí me duele todo de dormir noche tras noche en el suelo. Las barbas me llegan a los pies. Hoy unos policías me han pedido la documentación de mala gana. Sin embargo mis vecinos homeless cada vez son más amigables y hemos compartido cena varios días. Parecen buena gente. Una del grupo me ha guiñado el ojo.
Y no paran de cenar...

Semana 11. Una posible espía y resultado de las grabaciones
Me da que hay una espía entre ellos. Una tal Aida que siempre deja claro que no es del huerto de La Cornisa pero no para de estar con ellos. Y no falta a ninguna cita de comer y beber. Besa y abraza a la gente compulsivamente.

Hemos escuchado horas y horas de las cintas de los micrófonos y de los teléfonos pinchados. Conclusiones:
  • Esta gente pasa muy poco tiempo en su casas. Hay horas y horas de silencios. Algunos tienen auténtica alergia a estar en casa y más a ver la tele. No ven fútbol. Les gusta la calle y los colegas de lo lindo.
  • Salvo oportunos y merecidos insultos y maldiciones al gobierno y algún acto impuro nada fuera de lo común, no parece que en sus casas tengan actividades delictivas que reseñar.
  • Sus mensajes en clave son imposibles de descifrar. Los hemos metido en el ordenador “Matahari total” de la CIA y lo hemos fundido.
He comenzado a salir con la chavalita de mis vecinos homeless. Me han invitado a irme a vivir con ellos. En toda mi experiencia dentro del cuerpo policíaco, me he sentido tan querido.
¿Y si nos quedamos a comer?

Semana 12. Contacto en Rumanía y Valladolid
El militante llamado Víctor parece que se va a fundar un soviet a Rumanía. Le ayudan a hacer la mudanza. Uno de los operarios de la mudanza, compañero infiltrado, ha pesado y abierto paquete a paquete en busca de material subversivo y pruebas contra la célula. Nada de nada. Solo libros sesudos, un sillón, una cama, una docena de calzoncillos y un cepillo de dientes. Esta gente es muy lista. Se le investigará de cerca en Bucarest por nuestros colegas rumanos.

Su compañera, Celeste (vaya nombre, seguro que sus padres eran unos rojos-hippies redomados), duerme a diario en el suelo. Viaja a diario a Valladolid... Y la tía está siempre tan alegre (estos huertanos están locos, por Tutatis). Hemos puesto en alerta a los compañeros castellano-leoneses, quien la vigilan de cerca montados en bici. Una tía peligrosa, no hay más que verla.

¡¡Y cómo no!! Hacen cena para despedir a Víctor. Y beben y beben y vuelven a beber... Se les ve algo tristones pues se les va un compañero.
Víctor see you soon party


Semana 13 y última. Me voy.
He fracasado en mi misión. Dimito. No he conseguido averiguar nada ¿Y si esta gente no son nada? Aunque pueda parecer mentira ¿y si son sólo un grupo de personas que les gusta divertirse y relacionarse de una forma distinta? Nunca lo sabré.

Además he decidido dejar el cuerpo. A la mierda la “Agencia de persecución de delitos de subversión del orden establecido”. Yo me voy con mis amigos homeless y con mi chica. Jamás he tenido unos amigos que me acojan como ellos. Al año que viene, dicen que vendremos de nuevo al parque de La Cornisa. Y por algo que no llego a entender, me apetece un montón volver a ver a la célula huertana, oír sus conversaciones esperpénticas y observar lo raros que son. Sin duda, son unos fuera de serie.

El agente Benítez se despide.

"María me gusta más este orujo que el tuyo"

En el huerto portátil de La Cornisa hay más plantas que en todo Adelfas

Desayuno feliz

Desayuno más feliza todavía

Tres bellezas

¿Quién quiere comer en el huerto?

John siempre enseña pata


2 comentarios:

  1. Ya decía yo que notaba algo raro en mi barba, creí que eran restos del jamón de María, pero no. Eran los micros!
    Sin noticias de Gurb se ha quedado a la altura del betún! Has inventado un nuevo estilo literario de realidad-ficción vinculado a los huertos. Lo próximo una novela, te lo digo en serio!!! Flipante!

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