viernes, 14 de julio de 2017

Unos 1.000 euros para ayudar a las personas ancianas

La última cena solidaria ha sido todo un éxito. Por varios motivos. El primero, porque hemos conseguido recaudar unos 1.000 euros (euro arriba, euro abajo) para la asociación "Amigos de los Mayores", un colectivo que se dedica a dar servicios de atención y ayuda a las personas ancianas. El segundo motivo porque nos congregamos allí un número de personas que sobrepasó las expectativas más optimistas. El tercer motivo, porque como dice el tablón de las tareas del huerto, hay que ser felices, y, en la noche calurosa del 12 de julio, lo fuimos en buena medida.

Ya sabéis como funcionan estas cenas solidarias. Hay cuatro ingredientes básicos. Un huerto urbano comunitario (el de La Cornisa); una gente que cocina de lo lindo (La Taberna Errante y Los Pajaritos Mojados); una asociación sin ánimo de lucro al que se le ofrece la recaudación íntegra de la cena; y la gente solidaria que se acerca cambiar un poco de dinero por una cena diferente en un sitio especial.

Hay quien considera que los actos humanos se rigen por el cálculo egoísta de la obtención de un beneficio personal en el esfuerzo, que homo homini lupus, que el Homo economicus es la esencia de la especie humana y que la competencia es el factor clave en la evolución humana. Pero los hay que consideramos que la solidaridad, la cooperación y el esfuerzo desinteresado son la base y el centro en todas las relaciones humanas y que sin estos principios ninguna sociedad humana hubiera podido existir. Quizás estemos en un error y no sea así. Pero estamos en lo cierto de que las sociedades regidas por estos principios son más bonitas, más vivibles, más sostenibles, más humanas.

Por ello estas cenas solidarias, por ello nuestro huerto es comunitario (nada es nadie, todo es de quien participa con su esfuerzo), por ello nos gusta un barrio más cercano y de las gentes que lo habitamos y compartimos...

Estos principios volaban ayer entre la gente que conversaba y cenaba al ritmo del calor de la noche. Todo lentamente. Como la cocina de las Errantes y los Pajaritos, como los ritmos del huerto. Lentos, pero seguros de que lo que hacemos da un toque de color en el barrio.

Por ahí se oye decir que a finales de agosto volverá a ser el próximo Picnic Solidario. Prestad atención, no sea que te lo vayas a perder.

Más allá están la cutrez, el ruido, la suciedad y el Latineo. Vente pal huerto, no lo dudes.



Una de morcilla de Burgos y dos frisuelos, por favor


Una de botillo y cuatro casadielles, majo

A la izquierda, un somier errante




En el mundo hay dos tipos de personas: las que son de Puertollano y las demás.
Invitadas solidarias



lunes, 3 de julio de 2017

649 euros para mujeres víctimas de violencia machista

El segundo "Picnic Solidario" consiguió recaudar 649 euros que irán íntegramente a la asociación Otro Tiempo y a sus proyectos con mujeres víctimas de violencia machista (http://otrotiempo.org/). Fue una cena igual de agradable que la celebrada hace tres semanas pero mucho más ventosa. El día 12 iremos a por la siguiente.




Son las 20,30 horas y todo está dispuesto. Las mesas y bancos en el Parque, las banderitas de fiesta colgadas entre árbol y árbol, los manjares en la mesa y la bebida en hielo. Huerto, Errantes y Pajaritos lo tienen todo controlado. Un goteo incesante de lo mejorcito de cada casa va aproximándose al huerto. Público hambriento de solidarizarse con causas justas e imperiosas.

Muchos de los que vienen son del barrio. Otras son de aquí y allá, que no se pierden el Picnic por nada. Hay quien ha venido desde Torrejón, andando y casi a ciegas. Incluso una pareja, embarazada, han llegado desde Ucrania. Y más difícil todavía, una chavala se ha cogido un autobús desde el mismísimo Seseña solo para gastarse los 10 euros que le ha dado su padre de paga. 

Y los bigotes van moviéndose sin pausa. Gaznates que se llenan de ricos alimentos acompañados de cerveza para que aligere el paso. Un saxofón suelta, con calma y sin aparente fin, las notas que sopla su saxofonista. Un grillo acompaña desde una rama del árbol más alto. Aquí todo el que puede colabora.

No es que haga precisamente calor. Ni mucho menos. Está la noche como para ponerse una rebequita, como nos diría nuestra madre. El calor humano que se genera, entre conversación y conversación, puede con la frío viento que llega desde la sierra. Sí, desde el Huerto de La Cornisa se ve la sierra, la tenemos delante. Mira, está anocheciendo. Todo el cielo es rojo, como el alma de alguno.

Jopi va vendiendo tiques sin parar. Te lee el menú y te recomienda un plato según el color de tus ojos. Y no falla. La sabiduría la viene desde Jaén, esa tierra que se negaba a ser esclava con todos sus olivares. Rendirse jamás.

Elena te sirve un plato y otro por allá. Si os fijáis en sus pies no tocan el suelo. Levita. Sonríe. Levita y sonríe. Y tal cual cocina ella (Los trozos cuanto más pequeños, mejor). Cuando comes un poco de su ensaladilla también sonríes. Y levitas.

Si ves de lejos a los Pajaritos (Gabi, Tato, Diego y Caio) son como un ser de cuatro cabezas y ocho brazos. Se mueven casi al compás. Como un reloj de precisión. Un brazo te sirve un guacamole y el brazo de más allá te está poniendo el hummus, mientras, una voz hipnótica salida del cono sur, te saluda y te agradece que estés allí mismo. Amabilidad sin par.

El saxofón se ha callado. Hay que recoger. Una mesa por aquí, un banco por allá, me llevo los residuos para separarlos en su contenedor, acábate esta lata de cerveza que yo no puedo más, recoge esa colilla que has tirado al suelo, me llevo las sobras para comer mañana... En cuarto de hora todo es silencio de nuevo. Sólo se escucha la conversación del viento con las ramas del árbol más alto. El grillo se va también a dormir.

El miércoles 12 de julio volveremos de nuevo. Yo no me lo perdería... Porque ya sabéis, otro ocio es posible en el barrio, más allá de la cutrez, la suciedad, el ruido y el latineo.



Ñam, ñam, ñam, ñam 
IratisandMayas familys



Hay que reponer fuerzas, si es que vienes desde Torrejón

Sonríe y levita


Quiero dos menús, una de rabas y dos claretes

Cocina sincronizada